Por Diana N. González de La Prensa, perspectivas de la literatura panameña

Para un artículo sobre las perspectivas de la literatura panameña que salió en la sección Vivir+ del diario La Prensa el viernes 2 de enero de 2009, la periodista Diana N. González realizó la siguiente entrevista.

Diana N. González: Hasta el momento cuáles han sido los avances de la literatura nacional en comparación en años anteriores.

José Luis Rodríguez Pittí: La literatura avanza con el tiempo. No importa lo que hagamos. Bien o mal, mientras existamos como nación, tendremos una literatura que avanzará con el resto del país. De lograrlo, se encargan los más de 120 escritores que, activamente, trabajan en el Panamá de 2009. Escritores que están publicando más que nunca antes, tal como podemos corroborar con las cifras de libros publicados según el registro del ISBN.

Ahora bien, como escritores, la generación más reciente ha avanzado en varias cosas. La principal es que hemos dejado atrás una visión anticuada, diría que provinciana, de las cosas. Nos hemos dado cuenta que la literatura (y por extensión, la cultura) panameña es un valor nacional con tanta o mayor importancia que la que tienen la banca, el comercio o las industrias. Es un bien que debemos cultivar, y debemos hacerlo juntos. Es un bien del que depende nuestro futuro como nación y no un capricho individual. No olvidemos que podemos importar materiales, podemos entrenar técnicos de todos los niveles, podemos comprar lo que sea, pero sólo lo podemos usar creativamente y en beneficio a largo plazo solo cuando nuestra cultura lo haga nuestro y nos lo permita. Y esa cultura, esa panameñidad, solo se levanta con el arte, lo que incluye a la literatura.

Por todo ello, en el último año la Asociación de Escritores ha hecho proyectos en conjunto con otros artistas: pintores, músicos, artesanos. Hemos realizado mesas redondas y conversatorios todos los meses en lo que hemos llamado el “Punto de convergencia”. Hemos llevado un poquito de la literatura, la pintura y la música que se hace en la capital a las provincias, para traernos de vuelta la que se realiza en el corazón del país en el proyecto “Cultura en las provincias”. Hemos organizado recitales con poetas de Panamá al lado de poetas de Costa Rica, Argentina, Estados Unidos, Nicaragua, El Salvador y otros países. Hemos presentado a nuevos autores y a viejos desconocidos. Hemos editado varias páginas en internet, revistas como Minitextos.org, Internatural o la Mirada de Nuchu. Hemos colaborado con las Naciones Unidas en el proyecto “Poesía por la tierra” que mezcló fotografía con poesía, pintura, música y teatro. Hemos trabajado con la Biblioteca Nacional y la Embajada de Francia en el Festival “Leer es una fiesta”. Junto a la Embajada de España hemos organizado un curso de guiones de cine, inicio de una relación entre el cine y la literatura que empezamos el año pasado con el “Proyecto de las 48 horas” que organizamos con una universidad local. Y como cierre de año presentamos dos recitales: “7 voces, 7 veces verso”, con siete de los poetas más jóvenes panameños y (r)e-volución 7080 con los narradores más importantes de la generación de nacidos entre 1971 y 1986. En fin, la literatura panameña está más viva que nunca y, gracias a estos pequeños proyectos, la hemos llevado a más gente que nunca.

DNG: ¿Qué proyectos nuevos hay? ¿Qué autores locales están exportando su talento? Considera que en esa materia hemos avanzado?

JLRP: Hay mucho camino por recorrer. En las ferias internacionales de libros Panamá se hace notar por su ausencia. Mientras que las universidades y editoriales de otros países, y los gobiernos a través de las embajadas, luchan por tener una presencia importante, por destacarse con su patrimonio cultural, en Panamá pareciera que el objetivo es no participar.

Por supuesto, algunos autores hemos presentado obras, participado en conversatorios, en recitales y dictado conferencias sobre literatura panameña. El año pasado, yo estuve con mi libro “Sueños urbanos” conversando con el público y otros autores en la Feria del libro de Guatemala, en la que se presentó “Lobos al amanecer” de Gloria Guardia. Hace pocas semanas, en la Feria del libro de Guadalajara estuvo el escritor Carlos Oriel Wynter Melo y poco antes, Enrique Jaramillo Levi estuvo presentando dos libros en Barcelona y Costa Rica. Sin embargo, esto no es suficiente. Al igual que todas las industrias, la literaria y, en general, la cultural requiere del apoyo de todos. Y en el caso de la industria editorial, no solo se trata de los autores: incluye a los editores, los distribuidores, los libreros y la labor que se supone que deberían hacer los encargados de negocios y de asuntos culturales en los consulados y embajadas. Finalmente, el INAC es poco lo que hace localmente para promover las obras, incluso las editadas por ellos como los cinco libros del Premio Miró, y absolutamente nada a nivel internacional. Incluso, a las entidades culturales que les hemos pedido apoyo para ese tipo de promociones, se nos ha negado, incluso al tratarse de proyectos de muy poco costo que, al final, se han realizado con fondos privados.

Ahora bien, en el mundo actual, las obras literarias no solo se dan a conocer a través de los libros. La internet es importantísima en la promoción personal de la obra. Las revistas electrónicas, las editoriales digitales y los blogs nos permiten exportar efectivamente algunos de los trabajos que realizamos en Panamá. Y no poca cosa: algunas revistas las leen muchos miles de personas más que las que leen las revistas impresas o los libros.

Finalmente, este año el cine panameño ha dado pasos importantes: la cineasta Irina Ruiz logró presentar con éxito el guión panameño “Juega vivo” de Enrique Pérez Him en España y Francia para su realización, al igual que Luis Pacheco acaba de ganarse el apoyo de España para desarrollar el proyecto de animación infantil basada en el guión “La luna de queso”, cuento de Grace Mariola Paredes. Dos historias panameñas contemporáneas que gustan en el circuito de cine internacional.

DNG: ¿Qué aspectos hacen falta para promocionar las obras de autores nacionales?

JLRP: Hace falta una industria de distribuidores de libros. Editoriales con mentalidad empresarial y visión del mundo. En Panamá existen distribuidoras, pero de textos escolares. También existen las editoriales, pero no salen de las fronteras con sus productos, a veces ni siquiera los ofrecen fuera de la ciudad de Panamá. Los autores y las obras están disponibles, falta hacerlas circular. Estos empresarios, parte importante de la cadena de producción literaria, deben dejar la visión provinciana y mirar al mundo: los millones de potenciales lectores en los países de Centroamérica, en Colombia o en algunas ciudades hispanohablantes de Estados Unidos son mercados cercanos y el paso lógico a seguir.

Por otro lado, a nivel local, hay que seguir con los planes de promoción de la lectura en todos los niveles. Hay que pedirle a los profesores de español que enseñen la literatura más contemporánea: poco interés sienten los estudiantes por las historias o la poesía escrita durante el siglo XIX o principios del siguiente. En este siglo XXI hay historias interesantísimas, poesía y mucho material con puntos de referencia comunes a los lectores más jóvenes. Los potenciales. Los que debemos atender para que adquieran el buen hábito. Para cualquier país la educación debe ser un asunto de seguridad nacional, y la lectura es parte importante de esa educación. Hay que cambiar los métodos y ganarse a los lectores con historias más actuales.

DNG: ¿Qué acciones realizará la Asociación de Escritores de Panamá?

JLRP: Para este año, vamos a continuar con el trabajo fuerte y regular que nos ha caracterizado. Deseamos editar una antología de literatura panameña contemporánea. Tenemos planes de visitar ferias y congresos literarios internacionales y, por supuesto, hay trabajo duro por hacer durante la Feria del Libro de Panamá el próximo agosto. Seguiremos con los proyectos de cine y literatura. De pintura, música y poesía. Estamos trabajando en un festival literario en el interior del país. Y nos hemos propuesto hacer que el tema de la cultura sea considerado de interés nacional por los candidatos a los puestos de gobierno local y nacional, a través de varias acciones.